Hay que cuidar las articulaciones porque son las que nos propician el movimiento como seres articulados que somos. Estas zonas de nuestro cuerpo soportan todos los impactos generados por los esfuerzos físicos. Algo tan simple como caminar provoca un impacto en las articulaciones. De igual manera, levantar cargas pesadas, hacer una carrera o mantener determinadas posiciones también las sobrecargan. Estos maravillosos conectores de nuestros huesos están formados por tejidos blandos, cartílagos y líquido sinovial que consiguen lubricar y facilitar el roce producido por el movimiento.
En muchas ocasiones sufrimos dolor en las articulaciones y no sabemos por qué se produce ni tampoco como colaborar en su recuperación. En este artículo te lo vamos a contar.
¿Por qué se produce el dolor de las articulaciones?
Los motivos principales para que una articulación nos duela son el desgaste o la inflamación. El desgaste suele conllevar un deterioro del cartílago y una disminución en la consistencia de los ligamentos y tendones. En determinados casos es posible que se llegue a perder masa ósea. Esta situación, mantenida en el tiempo. suele degenerar en artrosis.
La inflamación puede ser debida a diversas causas: una lesión, enfermedades autoinmunes, etc. Además de esto, muchas personas sufren de inflamación crónica sin saberlo, aunque sea en menor grado y no presente síntomas. Una dieta desequilibrada con exceso de alimentos procesados y el estrés como continuo compañero contribuyen en gran medida a dicha inflamación.
La alimentación
El exceso de peso sobrecarga nuestras articulaciones pudiendo llevarnos a sufrir inflamación o lesiones. Por este motivo, una alimentación sana y ejercicio moderado son dos aspectos que debemos de tener en cuenta si queremos cuidar de ellas.
En condiciones normales, lo ideal es llevar una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, cuando ya la inflamación articular se ha presentado deberíamos evitar alimentos como patata, tomate, berenjena o pimiento. Así mismo, el alcohol y el tabaco están totalmente contraindicados en estos procesos.
Además de esto, por medio de la alimentación, podemos aportar nutrientes que nos ayuden a recuperar y proteger las articulaciones:
- Proteínas. Una dieta rica en proteínas, de origen animal o vegetal, es imprescindible para reparar los tejidos dañados.
- Vitaminas. La vitamina C es la precursora de la formación de colágeno necesario para la elasticidad de todos nuestros tejidos. La vitamina D fortalece nuestros huesos y nuestro sistema inmune. La vitamina E nos ayuda a proteger el cartílago.
- Minerales. Las dietas ricas en calcio, magnesio, fósforo, silicio y azufre son muy importantes.
Por lo tanto, una dieta que contenga fruta y verdura fresca, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceites de buena calidad, pescado, huevos y carne en pequeñas cantidades será un gran aporte para cuidar las articulaciones. Además de esto existen alimentos que, de manera natural, son antiinflamatorios y pueden ser de mucha ayuda sin presentar efectos secundarios. Entre ellos encontramos el jenjibre o la cúrcuma.
Además de una buena dieta, nuestras articulaciones se verán favorecidas si nos mantenemos activos. El ejercicio moderado como caminar, el yoga, el taichí , el chi kung o el pilates las mantendrán flexibles y sanas por más tiempo.
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