Cualquier persona puede sobrevivir aunque no tome ningún alimento durante semanas. También podemos estar sin beber durante varios días. Sin embargo, si dejamos de respirar moriremos en pocos minutos. La respiración es muy importante pero no siempre respiramos correctamente.
El hecho de respirar es un hecho automático que, en principio, no debería de llamar nuestra atención. No hace falta que pongamos nuestra intención en el hecho de respirar ya que nuestra biología se encarga de ello. Aún así, afortunadamente, la respiración también puede ser dirigida por nuestra intención, si así lo deseamos.
Los diferentes estados emocionales que experimentamos hacen que el ritmo y la intensidad de nuestra respiración varíe. Por ejemplo, situaciones de miedo o estrés, harán que nuestra respiración sea menos intensa o más superficial. Esta situación, mantenida en el tiempo, evita que nuestro cuerpo se oxigene adecuadamente.
El oxígeno y la vida
Cualquier proceso vital está relacionado con el oxígeno. Sin oxígeno no hay vida. Todas las células de nuestro cuerpo necesitan que nuestra sangre les aporte la cantidad de oxígeno necesaria para su supervivencia. Por este motivo, si queremos gozar de buena salud y que todas nuestras funciones corporales se desarrollen adecuadamente, es muy importante que respiremos correctamente.
La purificación de nuestra sangre se lleva a cabo, en gran parte, en los pulmones. Si estos se encuentran mal ventilados es fácil que se tengamos repercusiones en todo nuestro organismo. Una buena respiración, no solo consiste en llenar nuestros pulmones de oxígeno. Tan importante como eso es que seamos capaces de expulsar el CO2 de manera eficaz.
Respirar correctamente
Diferentes estados emocionales impiden la correcta respiración. Son muchas las personas que caminan encogidas impidiendo la respiración correcta. De la misma manera, cuando se acumulan gases en el aparato digestivo, el diafragma se inmoviliza.
Aunque consideremos los pulmones como los principales implicados en la respiración, esto no es así. Si no tuviéramos un músculo llamado diafragma nuestra respiración no podría llevarse a cabo. Este músculo tiene forma de cúpula y marca una división entre la parte superior y la inferior de nuestro cuerpo. Sobre él se acomodan los pulmones y el corazón. Cuando respiramos, el diafragma debe de realizar un movimiento vertical. Al elevarse empuja el aire para facilitar su salida al exterior, esto es la espiración. Al descender provoca cierta aspiración que consigue que el aire entre en los pulmones, es decir, la inspiración.
La importancia de la espiración
Por mucho que pensemos lo contrario, la espiración es más importante que la inspiración. El yoga nos recuerda que una buena respiración siempre comienza con una espiración lenta y completa. Esta premisa tiene mucha lógica ya que es imposible llenar algo que no está vacío…
Una adecuada respiración comienza al relajar los músculos respiratorios mediante una espiración tranquila. Lo ideal es que no produzca casi ningún sonido. Esto se consigue al espirar de manera lenta. Al final de la espiración, los músculos del abdomen, ayudarán a que los pulmones se vacíen al máximo.
Beneficios de una buena respiración
Algo tan sencillo como respirar bien mejora la salud de todo nuestro organismo. Todas nuestras células recibirán oxígeno y se liberarán del CO2. Así mismo, el movimiento rítmico de una buena respiración masajea los órganos abdominales. Este masaje facilita el proceso digestivo, estimula la evacuación intestinal y ayuda a eliminar los gases. Además de eso, el hecho de respirar de forma consciente establece una profunda conexión entre el cuerpo y la mente.
Cualquier práctica de relajación, meditación o yoga, nos pone en contacto con algo tan sencillo y saludable como es una buena respiración.
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