En el interior de nuestro cerebro, en el centro, encontramos una glándula del tamaño de una lenteja que tiene un papel muy importante. A pesar de el poco espacio que ocupa, se le ha dado tanta importancia como para denominarla el «asiento del alma». En algunos círculos también se relaciona esta estructura con nuestro «tercer ojo», responsable de una visión que va más allá de la capacidad de nuestros ojos. En esta ocasión vamos a contarte por qué esta glándula es tan importante.

El director de orquesta

La glándula pineal, o epífisis cerebral, desempeña un papel muy importante aunque poco conocido. De hecho, a día de hoy, no se conocen todas sus funciones. Se sabe que la mayoría de los vertebrados también la poseen y algunos reptiles y anfibios tienen una estructura parecida.

Pixabay/artesitalia

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De la misma manera que todo el funcionamiento del cuerpo humano, estudiar las funciones de esta glándula resulta fascinante. Podríamos decir que su papel es el mismo que el de un director de orquesta. Se inspira gracias a luz del sol  y es la responsable de regular los ciclos y los ritmos circadianos. Por ejemplo. es quien decide cuándo aparece la madurez sexual en cada ser humano. También regula muchas de nuestras emociones.

Aunque no mide más de 8 milímetros recibe casi la misma cantidad de flujo sanguíneo que nuestros riñones. El término «pineal» procede de su forma de árbol. Tanto su tronco como sus ramas se solidifican en etapas bastante tempranas de la vida, mostrando cierta calcificación.

La melatonina

La melatonina es la hormona que se ocupa de facilitar nuestro descanso. Además de ayudarnos a dormir también fortalece el sistema inmunitario.  Y, por si fuera poco, se encarga de que nuestro cerebro no envejezca antes de tiempo.

La glándula pineal es la única glándula del cuerpo que se encarga de producir melatonina. Para esto es necesario que nos encontremos en la oscuridad ya que su producción se inhibe en presencia de la luz. Esta hormona también hace posible que disfrutemos de bienestar y gran energía. Sin embargo, por causas aún no bien conocidas, la glándula pineal pierde cierta funcionalidad ya en la adolescencia porque, a medida que nos hacemos mayores, tiende a calcificarse.

Cuida tu glándula pineal

La pérdida de función de esta glándula hace que nuestro sueño sea de peor calidad. Así mismo, nuestra capacidad creativa disminuye y tendemos a perder la natural conexión con nuestro centro. Sin embargo, con un poco de voluntad, podemos cuidar de esta glándula para seguir obteniendo los beneficios de su buen funcionamiento:

  • Intenta vivir de acuerdo a la naturaleza. El sol es imprescindible. Siempre que sea posible deberíamos pasear recibiendo los rayos solares. Es importante evitar las horas centrales en épocas de calor.
  • Evita luces de móviles, televisiones y ordenadores, en la medida de lo posible. Este tipo de luz resulta muy dañina para la glándula pineal.
  • Necesitamos dormir en plena oscuridad. Además de esto, cualquier aparato electrónico debería de estar apagado o muy lejos de nuestra cama.
  • Evita el exceso de flúor. En algunos países se añade flúor al agua de consumo público. Se ha observado que un exceso de este elemento calcifica en exceso la glándula pineal.
  • Practica yoga y visualizaciones. Diferentes estudios han demostrado que la práctica regular del yoga es muy beneficioso para el cerebro en general.

Como habrás visto es muy fácil cuidar esta pequeña parte de nuestro cuerpo y los beneficios que nos aporta ese cuidado numerosos.


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