Las características que nos distinguen de otros seres humanos y nos hacen únicos pueden ser heredadas o provenientes de la cultura y el ambiente que nos rodea. Dentro de la Biología existen dos tendencias al respecto. Una de ellas apoya a la naturaleza de cada individuo, mientras que la otra da más importancia a su crianza y desarrollo. Durante muchos años ambas perspectivas han permanecido contrastadas. Sin embargo, hace algunos años una nueva corriente, llamada epigenética, pone una nota diferente en todo este tema. Vamos a ver de qué se trata.

¿Qué es la epigenética?

La cadena de ADN contiene toda la información respecto a cada uno de nosotros pero no lo es todo. El término epigenética quiere decir: sobre o además de la genética. Partiendo de este significado, la epigenética nos lleva a entender que existen factores externos al código genético que regulan la expresión de los distintos genes. Eso si, siempre manteniendo inalterada la secuencia de ADN. Afortunadamente, no todos los genes están activos a la vez. Es necesario cierto control en su expresión para que todo se desarrolle adecuadamente.

Fuente: Pixabay/qimono

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La epigenética defiende que las experiencias que vive cada persona no desaparecen. Podríamos decir que se incorporan a cada ser humano como si fuera un residuo molecular que se engancha al armazón genético. Esto no hace que el ADN cambie, pero si que los aspectos psicológicos y de comportamiento de una persona puedan ser legados a sus descendientes.

Bajo la interpretación de la epigenética del comportamiento, los traumas experimentados por un organismo o por sus antepasados recientes, pueden dejar huellas moleculares que se adhieren a su ADN.

Cada persona tiene su propio epigenoma

Según explica el investigador Manel Esteller «la epigenética son los vestidos bioquímicos que lleva el ADN desnudo. Si estos vestidos son finos y transparentes, permiten ver el ADN y los genes pueden expresarse; si son gruesos, no permiten ver el ADN y no dejan expresar los genes¨. También afirma Esteller que el estilo de vida influye directamente sobre los genes y que la epigenética es considerada como el interlocutor del ambiente con la genética.

Fuente: Pixabay/bulba1

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Por ejemplo, en las patologías cardiovasculares, se ha observado que la formación de placas de ateroma es debida al condicionamiento genético, a una dieta rica en grasas y también a la existencia de un patrón epigenético de expresión de genes que permiten que las grasas hagan daño. De la misma manera, también se han llevado a cabo descubrimientos similares en enfermedades autoinmunes, diabetes o enfermedades neurológicas.

Somos un Todo

Una vez más, gracias a estos descubrimientos, nos damos cuenta de que no estamos aislados unos de otros ni tampoco de nuestro ambiente. Existe una unión más allá de nuestra comprensión que nos conecta con todo lo que nos rodea e influye e nuestra salud física y emociones.  Según todo lo expuesto, quedan a nuestra disposición muchas y diferentes herramientas de sanación. En posteriores artículos veremos de qué manera podemos colaborar con la aparición de la mejor versión de nosotros mismos.

 


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