Muchos de nuestros recuerdos y momentos felices están asociados a ciertas piezas musicales. Durante el último siglo, y a partir del estudio de ciertas culturas antiguas, se ha comprobado que la música puede ofrecernos ciertos efectos orgánicos y psicológicos. Al utilizar ciertas estructuras rítmicas, sonidos o diferentes piezas musicales se obtienen distintos resultados terapéuticos. ¿Podemos considerar entonces la música una forma de sanación?

La música del ayer

El uso de ciertas melodías como terapia curativa es algo que viene de muy atrás. En la prehistoria se sabe que se utilizaban ritos religiosos y mágicos para obtener curación. Así mismo, 1500 años a. C. ya la utilizaban los egipcios para calmar la mente, sanar el cuerpo y purificar el alma. También en la Antigua Grecia la teoría del Ethos consideraba que los elementos de ciertas composiciones musicales afectaban la voluntad del hombre, así como a sus emociones, fisiología y parte espiritual.

Musicoterapia

Ya en nuestros días, hemos dado el nombre de musicoterapia al uso terapéutico de la música. El objeto de esta técnica es promover la expresión, la comunicación, el movimiento y el aprendizaje entre otras muchas cosas. En definitiva, se trata de que la calidad de vida del individuo mejore a través de la música.

Según la ciencia, la musicoterapia basa sus resultados en el efecto que las ondas sonoras tienen sobre la materia física. Por ejemplo, una melodía suave y pausada disminuye la frecuencia cardíaca y respiratoria. También reduce la temperatura corporal y reduce la presión arterial. Por el contrario, una música disruptiva y poco armónica podría desequilibrar nuestro cuerpo y nuestras emociones.

Beneficios de la música

Como hemos visto más arriba, la música puede armonizar todo nuestro cuerpo y nuestra psique. De manera específica, la musicoterapia nos ayuda a:

-Aumentar nuestra sensación de alegría y placer.

Numerosos estudios demuestran que la música estimula sistema mesocorticolímbico dopaminérgico. Este sistema es conocido como «el centro del placer» y se activa a través del sentido del humor o de la comida, por ejemplo.

-Fortalece el sistema inmunológico.

Al escuchar una pieza musical, nuestro cuerpo libera menos cortisol y más hormona del crecimiento. Debido a ello todo el organismo estará en mejores condiciones para enfrentarse a cualquier enfermedad.

-Nos ayuda a reducir estrés y sentir menos ansiedad

En cualquier momento estresante el simple hecho de escuchar música tranquila ayuda a bajar el ritmo cardíaco, a reducir la presión arterial y, de esta manera, calmar la ansiedad.

-Ayuda a aliviar el dolor

En algunas clínicas se han realizado estudios que demuestran que las personas que escuchan música durante la operación o después, necesitan menos anestesia y se recuperan más rápido.

-Fortalece la memoria

Las personas mayores que acuden a musicoterapia comprueban que su concentración, atención y memoria mejoran notablemente. Así mismo, favorece la interacción social y la sensación de autoestima.

En definitiva, algo tan sencillo como escuchar música puede tener maravillosos efectos sanadores.


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