A lo largo de la historia, los seres humanos han evolucionado de forma simultanea en lugares muy alejados del planeta. En muchas ocasiones, los científicos no pueden explicar como se ha transmitido el conocimiento a tan grandes distancias. La teoría de los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake, nos ofrece una posible explicación a estos fenómenos.

Misterios no resueltos

Hace aproximadamente 37.000 años apareció de forma repentina el arte figurativo en forma de dibujos, grabados en cuevas y objetos esculpidos, entre otros. Para los arqueólogos es un misterio por qué se utilizaron las mismas técnicas y las mismas figuras en lugares tan remotos como Cantabria en España  y en Sulawesi en Indonesia. Entre estos dos puntos geográficos existen montañas, desierto y un océano que las separan. ¿Cómo se pusieron de acuerdo hace 35.000 años para hacer los dibujos de la misma manera?

Manos Sulawesi

Manos Sulawesi

Algunos estudiosos sugieren la posibilidad de que este tipo de arte surgiera en Africa. Si esto fuera cierto, desde allí se habría extendido hacia Europa y Asia. Sin embargo, no se han encontrado pinturas con esta técnica en ningún otro lugar. En este caso, como en tantos otros, la teoría de Rupert Sheldrake podría dar luz a estos enigmas.

¿Quién es Rupert Sheldrake?

Rupert Sheldrake ejerce como profesor de bioquímica en la Universidad de Cambridge. Durante más de quince años este científico estudió el desarrollo de las plantas. Sus estudios le llevaron a concluir que había algo más que genes y productos genéticos implicados en el desarrollo o morfogénesis de estas plantas. Parece ser que existe un tipo de organización que influye en este desarrollo a la que llamó campos morfogenéticos. Los animales también compartirían su propio campo. Por supuesto, las células heredan y transmiten estos campos de organización.

Rupert Sheldrake

Rupert Sheldrake

Según Sheldrake, “Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman”. Esto es debido a que las mentes de los individuos de una misma especie están unidas. A su vez, todas ellas, también están asociadas a un campo de organización planetario que las comunica. De ahí que, si uno de los individuos de una especie animal adquiere una nueva habilidad hará que para el resto de su especie esta habilidad sea más fácil de aprender. Según esta teoría, esta nueva destreza adquirida tiene resonancia interna en toda la especie de ese individuo aunque haya distancia por medio. Además, cuantos más individuos aprendan lo mismo, más facilitarán esta tarea al resto.

Campos morfogenéticos

Uno de los ejemplos mas conocidos es de los monos de la isla de Koshima en Japón. Unos científicos alimentaban a dichos monos con batatas sin lavar. Una de las hembras descubrió que lavando la batata en el mar mejoraba su sabor. Muy pronto todos los monos de las isla aprendieron a hacerlo. No obstante, lo más extraño es que todos los monos de este continente, aunque no hubieran estado en contacto con los primeros que lo hicieron, también comenzaron a lavar las batatas.

No son los animales los únicos a los que se puede aplicar  esta teoría. Otro ejemplo son ciertas sustancias que resultan difíciles de cristalizar en laboratorios. Parece ser que siempre que en un laboratorio se consigue la cristalización en todos los demás laboratorios, en distintas partes del mundo, la cristalización se producía con mayor facilidad.

Sabiendo esto, podemos hacernos una idea de la influencia que tenemos cada uno de nosotros sobre la colectividad humana. Por este motivo, todo aquello que logremos de forma individual afectará a la totalidad. Comencemos entonces a llenar nuestro universo personal con pensamientos y acciones que apoyen la paz universal.


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