El verano y las altas temperaturas son momentos en los que es muy importante la hidratación de forma adecuada. Aquellas personas que no se hidratan lo suficiente pueden sufrir desde diferentes molestias hasta graves consecuencias. Por este motivo, en esta ocasión te vamos a ofrecer algunas recomendaciones que te ayudarán a estar correctamente hidratado en épocas de calor.
Nuestro amigo el sol
En este blog ya hemos hablado largo y tendido de las bondades del sol. Tomando las debidas precauciones el sol es fuente de vida y de salud. No obstante, en los momentos en los que las temperaturas son muy altas debemos respetar ciertas reglas que harán nuestra relación con el astro rey segura y agradable.
En la actualidad, y con la aparición de las cremas protectoras, es muy común ver personas en playas y piscinas a pleno sol a las horas centrales del día. Desde las doce de la mañana hasta las seis de la tarde el sol se convierte en una bola de fuego que puede perjudicarnos. Cualquier persona expuesta a pleno sol a estas horas en verano, aunque lleve crema protectora, estará poniendo en peligro su salud. Por ello, en esta franja horaria, si queremos evitar problemas mayores, nos protegeremos en la sombra y nos aseguraremos de llevar a cabo una buena hidratación.
¿Qué es una buena hidratación?
Quizá muchas personas piensen que hidratarse correctamente es, simplemente, ingerir suficiente líquido. Esto no es del todo cierto. Algunos de los líquidos que ingerimos nos ayudan a deshidratarnos más que a hidratarnos. Por ejemplo, las bebidas alcohólicas o con cafeína son un factor que contribuye a la deshidratación. Cuando en verano optamos por una cerveza fresquita, en contra de lo que parezca, contribuimos a la deshidratación. Eso no quiere decir que tengamos que renunciar a ella, pero si que lo tengamos en cuenta para, de manera inteligente, la acompañemos con un vaso de agua.
Lo que nos hidrata de verdad es el agua, tanto por dentro como por fuera. Por lo tanto, debemos considerar la ducha o un buen baño también como fuente de hidratación. Una estupenda manera de hacer que el agua sea más hidratante es ponerle un granito de sal marina sin refinar a cada litro de agua y, en verano, procurar beber todo lo a menudo que nuestra sed nos sugiera. A veces, vivimos tan desconectados de nuestro sentir que no prestamos atención a las señales que la sabiduría de nuestro cuerpo nos ofrece.
Las frutas y verduras frescas también son otra buena fuente de hidratación. Es por ello que la naturaleza nos ofrece frutos más acuosos en verano, como las sandías o melones.
El verano es un momento de expansión y descanso. Aprovechemos estos momentos para disfrutar y cuidar nuestro cuerpo.
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