Según apunta la ciencia, la conciencia podría ser un proceso biológico normal. Esta ciencia opina que la mente es una función cerebral. En ella se encuentran, además de la conciencia, la atención, la memoria, el inconsciente, etc. Aquello que realiza la mente se explica por las operaciones del cerebro. Aún así, resulta un enigma como lo hace. La doctora Jill Bolte Taylor, tras su increíble pero real experiencia, nos aporta mucha luz respecto a la relación del cerebro con la conciencia.

Una experiencia en carne propia

El motivo por el cual Jill Bolte Taylor llegó a ser una prestigiosa neuróloga en el Centro de Recursos de Tejidos Cerebrales de Harvard fue el de  profundizar e investigar acerca de la esquizofrenia que sufría su hermano. Lo que nunca pudo imaginar es que la parte más profunda de su estudio estaría protagonizada por ella misma.

Pixabay/geralt

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A sus 37 años, una mañana al levantarse, comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza. A la vez, experimentó una extraña sensación de desdoblamiento de la realidad. Poco a poco, fue perdiendo la capacidad de hablar, de reconocer los números, de andar y de mover los brazos. Afortunadamente, gracias a su conocimiento de las funciones cerebrales, pudo, rápidamente, ponerse en contacto con alguien que fuera a ayudarla. Jill Bolte Taylor sabía que lo que estaba sintiendo era una embolia cerebral.

El diagnóstico fue una hemorragia interna en el lóbulo izquierdo, perdiendo en menos de cuatro horas, la capacidad de procesar información. Aún así, según cuenta la doctora Taylor, tuvo una sensación de profunda paz interior que nunca antes había experimentado.

De vuelta a la «normalidad»

La recuperación mental y física total no se llevó a cabo hasta ocho años después del incidente. Todos sus conocimientos se habían esfumado como por arte de magia. En contra de todo pronóstico, y con mucha fuerza de voluntad, pudo recobrar todas las funciones dañadas. Esta recuperación tuvo mucho que ver con su conocimiento de la gran plasticidad de nuestro cerebro.

Poxabay/geralt

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Las vivencias

Jill B. Taylor explica que vivió el viaje hacia el abismo sin forma de una mente silenciosa, donde la esencia de mi ser quedó envuelta en una gran paz interior…. Mi conciencia me hizo sentir que era una con el universo”.

El hemisferio derecho del cerebro solo contempla el momento presente. No entiende de pasado y futuro. En su ahora todo está conectado y somos una sola cosa. El hemisferio izquierdo nos sitúa en el tiempo y nos define como un ego separado del resto. En su caso, al quedarse inutilizado el hemisferio «separador», la doctora Taylor accedió a una parte de la realidad que mientras el hemisferio izquierdo está al mando es muy difícil de experimentar.

Pixabay/Sciencefreak

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Tras su recuperación, trajo consigo una gran enseñanza que volcó en su libro My Stroke of Insight y también en numerosas conferencias impartidas por todo el mundo. Su mensaje habla de la necesidad de conectar con la parte derecha de nuestro cerebro para ser felices. La siguiente frase podría resumir su enseñanza: «La paz está sólo a un pensamiento de distancia, para acceder a ella solo necesitamos acallar la voz de nuestra dominante mente izquierda…»

En el siguiente vídeo puedes disfrutar de su extraordinaria vivencia.


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