La reflexología podal es una técnica que nos ofrece numerosos beneficios. Está indicada en cualquier etapa de la vida como una estupenda herramienta para disfrutar de una mejor salud física y emocional. Sin embargo, durante el embarazo, surge la duda de sí se puede utilizar y si aporta beneficios tanto para la madre como para el bebé. En este artículo te lo vamos a explicar.

Unsplash/Louisa Potter

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Cuando una mujer está embarazada su cuerpo experimenta cambios en muchos sentidos. La futura madre tendrá que adaptarse a los cambios físicos, psicológicos y funcionales que conlleva este estado. Además de esto, durante esta etapa de la vida, la mujer ve limitadas las opciones a la hora de elegir diferentes terapias o tratamientos de salud por el efecto que pudieran tener en el bebé en gestación. La reflexología podal es una de las técnicas que pueden elegirse sin riesgo durante el embarazo. No obstante, siempre es recomendable consultar primero a un médico.

¿En qué consiste la reflexología?

La reflexología podal es un tratamiento manual basado en aplicar presión o masaje en diferentes puntos del pie. Aunque este tipo de reflexología es la más común también se puede aplicar en las manos, en las orejas o en el cráneo.

Pixabay/Milius007

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Esta técnica se basa en que el cuerpo en su totalidad se haya reflejado en las plantas de los pies. Por ello, se masajean las diferentes partes reflejas de manera indirecta, aportando equilibrio y sanación allí donde sea necesario. La esencia de la reflexología es estimular los mecanismos de autocuración que posee nuestro cuerpo.

Reflexología podal y embarazo

La reflexología puede ser aplicada en diferentes momentos de la vida reproductiva del hombre y la mujer:

– En la etapa de preconcepción 

Además de regular la menstruación, activa la producción de espermatozoides  y óvulos. Así mismo, aligera la ansiedad generada por la búsqueda infructuosa de embarazo, propiciando la relajación y la consecuente posibilidad de concepción.

– Durante el embarazo:

Una vez transcurridas las primeras catorce semanas, esta técnica ayuda a reducir la ansiedad, el estrés, equilibra la presión sanguínea, alivia los dolores de espalda, evita el estreñimiento, mejora el insomnio, hemorroides, calambres y cualquier trastorno urinario.

– Para el parto:

Los masajes de la reflexología ayudan a que la mujer se prepare para el parto. Esto es debido a que se estimula de forma natural la producción de hormonas que facilitan el parto y las contracciones como la oxitocina y las endorfinas.

– En el puerperio: 

La reflexología colabora en la recolocación de los órganos que durante el embarazo se desplazaron. Así mismo, favorece la relajación y alivia las molestias y tensiones que se asocian a esta etapa.

La reflexología podal es una magnifica herramienta que tienen a su alcance todas las mujeres embarazadas para hacer más fácil y llevadera la fabulosa experiencia de gestar y traer al mundo a otro ser humano


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