En general, las relaciones humanas pueden general conflictos. En el caso de los padres y los hijos estas situaciones pueden perpetuarse en el tiempo. En ocasiones, existen grandes bloqueos que son difíciles de explicar, la comunicación padres e hijos es difícil o inexistente. Si intentamos entender estos problemas desde la perspectiva de los sistemas familiares podremos ir más allá y alcanzar un entendimiento más profundo.

Aquello que nos une o nos separa de otras personas no puede tratarse de manera superficial si queremos entenderlo realmente. Es muy probable que en muchas situaciones de conflicto nuestra intuición nos susurre claramente de dónde viene todo. Sin embargo, pocas veces la escuchamos ya que es muy posible que ese entendimiento se encuentre oculto en el inconsciente. En tal caso, solo podremos saber de ello a través de sensaciones dolorosas y desencuentros, sin saber por qué.

Las leyes del Amor

Según el filósofo y teólogo Bert Hellinger, existen tres grandes leyes que imperan en la conciencia del sistema familiar. Estas tres leyes actúan en todos los miembros y están por encima de los intereses particulares. A partir de ellas, creó una herramienta terapéutica muy interesante llamada Constelaciones Familiares.

comunicación padres e hijos
Unsplash/Joice Kelly

Hellinger les dio el nombre de Leyes del Amor considerando que lo que mueve y conduce al grupo familiar es el Amor, aunque a veces pudiera resultar desordenado.

Dichas leyes son : pertenencia, orden o jerarquía y compensación.

Pertenencia: Todo miembro de la familia pertenece a ella con los derechos correspondientes.

Orden o jerarquía: Hay ciertas prioridades de unos individuos sobre otros.

Compensación: Lo primero es recibir y solo cuando he recibido también puedo dar.

¿Se cumplen esas leyes siempre?

Cuando las tres leyes de Hellinger se cumplen padres e hijos siguen unidos. Sin embargo, en caso de no cumplirse, influyen directamente en lo que los separa.

Unsplash/Sebastián León Prado

Cualquier niño recién nacido dice un «sí» rotundo a sus padres, hermanos, familia y a la vida. Su necesidad de vivir le hace asirse con fuerza al sistema familiar. Por el amor a ese sistema la pertenencia y fidelidad está dispuesto a todo. Para poner un ejemplo diremos que si percibe que los padres llevan una carga intentará compensarla; si la madre perdió a su propia madre es posible que la hija intente hacer ese papel; en caso de peleas continuas entre los padres este niño intentará hacer de mediador. Son numerosos los casos en los que los niños intentan compensar de manera inconsciente.

En ciertos casos, por este amor, los hijos están dispuestos, incluso, a morir antes que sus padres y a asumir cargas que no son suyas. Aquí no estaríamos respetando la ley de jerarquía. Esto hace que los hijos lleguen a empequeñecerse y puedan perder su fuerza y dignidad. La relación no será buena si como hijo se pretende ser más grande que los padres para protegerlos o más pequeño para que ellos brillen. Estas actitudes rompen de alguna manera el fluir amoroso que debería primar en las familias. De manera no consciente los hijos se pueden sentir agobiados o sobrecargados y no saben como liberarse.

Unsplash/Ben White

Cualquier padre lo único que desea es la felicidad de sus hijos. Son muchos los casos y situaciones que pueden resolverse gracias a las Constelaciones Familiares. Esta herramienta nos ayuda a reestablecer el movimiento de la energía y crear un ambiente familiar armónico y amoroso.

Categorías: Terapias

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