Algo tan sencillo como decir «no» se convierte en complicado cuando tenemos que pronunciarlo si el otro espera lo contrario. ¿Quién no se ha encontrado en una situación en la que quiere decir no pero no se atreve? El miedo, la culpa, la idea de no merecer algo, son emociones que se presentan en estas situaciones. La realidad es que aprender a decir sin miedo esta palabra tan corta es imprescindible si queremos gozar de buena salud física y mental.

El cuerpo expresa el No

Según las investigaciones del doctor de origen húngaro Gabor Maté, cuando no somos capaces de decir no, nuestro cuerpo lo hace por nosotros. En el trabajo que ha llevado a cabo durante años el doctor Maté con sus pacientes, ha podido comprobar que, en general, aquellas personas que tienen más dificultad en ponerse en primer lugar enferman más a menudo que las que si lo hacen. Ha volcado toda las experiencias con sus pacientes en su libro When the body says no (Cuando el cuerpo dice no) donde podemos encontrar cientos de casos en los que llega a demostrar que una respuesta negativa por nuestra parte cuando es necesaria podría incluso evitar enfermedades muy graves.

Creencias

La incapacidad de decir NO se origina en la creencia de que al negar a otra persona aquello que nos pide le estamos fallando. Desde muy jóvenes nuestra cultura nos enseña que negarnos a nosotros mismos es positivo. Sin embargo esto es un error. Nuestro principal deber es cuidarnos y respetarnos y no esperar que otros lo hagan por nosotros. De esta manera respetaremos el tiempo de los demás y no exigiremos que nadie haga por nosotros cosas que, quizá, no tenga ganas de hacer.

Una sociedad en la que cada miembro se ponga en primer lugar y cuide de sus necesidades será, muy probablemente, una sociedad sana en la que la cooperación fluya de manera natural. Si yo estoy bien atendido tendré ganas de tender una mano a aquel que lo necesite. Sin embargo, si lo hago desde la obligación, aunque me encuentre mal, lo que ofrezca al otro no tendrá la misma calidad.

Decir No en la práctica

De manera teórica decir No a otra persona puede parecer más o menos fácil. Sin embargo, en la práctica la cosa se complica. ¿Cómo podríamos empezar a decir No sin sentirnos culpables?

  1. Clarifica cuáles son tus prioridades. Ralentizando tu vida y haciendo ejercicios de introspección se puede reflexionar de manera sosegada acerca de qué es prioritario en nuestra vida y darle la atención, el tiempo y la importancia que merece.
  2. Dale tiempo a tu respuesta. Cuando alguien te pida algo no hace falta que te apresures a decir que sí. Intenta tomarte un tiempo para reflexionar antes de contestar. La frase «tengo que mirarlo, ya te diré» te deja tiempo para meditarlo
  3. Simplemente di No. Si tu decisión es que No puedes o no quieres hacer lo que la otra persona demanda, simplemente di que no. Tienes el mismo derecho a decir no que a decir si. Es importante dejar de excusarse o justificarse, no es necesario
Pixabay/Free-Photos

Con el tiempo y con la práctica decir No comenzará a ser algo habitual y te sentirás más cómodo. Así evitarás sentirte saturado y tus relaciones mejorarán sensiblemente. Eso si, quizá algunas personas desaparezcan de tu vida. No te preocupes, otras que reflejen tu amor por ti mismo aparecerán.


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