No existen dos seres humanos iguales. El embarazo de nuestra madre y la forma en que nacemos dejan una profunda huella en nuestra psique. Pero, además de eso, el orden de nacimiento respecto a nuestros hermanos, también influencia en gran medida nuestra personalidad. En este artículo te vamos a explicar por qué.
La teoría del orden del nacimiento
Esta teoría se describió por primera vez por el psicólogo austriaco Alfred Adler. Según Adler, los hermanos mayores solían ser más responsables, autoritarios e inteligentes. Así mismo, veía a los hermanos más pequeños menos dependientes y más creativos. Respecto a los hijos únicos observó que, frecuentemente, eran más egocéntricos y, a menudo, estaban hiperprotegidos. Son muchos los psicólogos que consideran el orden de nacimiento como una buena manera de predecir la conducta que, como adulto, tendrá el niño.
En nuestros días, otros autores, como por ejemplo Jeffrek Klugert, en su libro The Sibling Effect, también describen esta influencia. Algunos de ellos han llegado incluso a afirmar que el orden en que una persona nace se iguala en importancia con el género y, en cierta medida, con la genética…
Los primogénitos
Una característica que los hijos que nacen primero suelen compartir es la capacidad de liderazgo. En general, los padres primerizos tienden a protegerlos en exceso y pasan por alto ciertos comportamientos. Es por ello que suelen crecen con un gran sentimiento de que son el centro de atención. Habitualmente, los hermanos mayores, tienden a ser muy responsables y perseverantes, por lo que muy frecuentemente llegan a puestos de mucha responsabilidad. De manera resumida podríamos decir que son una versión en pequeño de sus padres.
El segundo hermano
Cuando nace un segundo hijo los padres cuentan con menos tiempo para prestarles atención. Por este motivo, los hijos menores suelen ser más autónomos, sociables y, en ocasiones, manipuladores. Normalmente, no les gusta demasiado el lugar de nacimiento que les «ha tocado». Es por eso que tienden a manifestar un carácter más fuerte y un poco rebelde.
Los padres del segundo hijo tienen mucha más experiencia. Gracias a ello llevan a cabo una crianza más tranquila y confiada. Eso ayuda a los niños a ser más intuitivos, a veces más divertidos, e incluso, más dulces de carácter.
Constelaciones familiares
Dentro del orden familiar a menudo surgen conflictos que se pueden solucionar gracias a la terapia de constelaciones familiares. Esta herramienta es muy útil para desentrañar las luchas, muchas veces inconscientes, que se producen entre miembros de la familia.
Una de las ventajas de las constelaciones familiares es que con que uno de los miembros acuda a terapia todos se verán afectados de manera favorable. No es necesario que toda la familia este informada del trabajo personal que se hace en las constelaciones. El cambio de actitud de la persona constelada será suficiente para que haya un cambio significativo en la energía familiar.
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