Encontrar cierto equilibrio en una sociedad que vive a toda velocidad es muy difícil. El ruido, las prisas y la incesante actividad nos hacen sentir que estamos desgatados. En ciertos momentos de máxima tensión, incluso, nos embarga la necesidad de salir corriendo y escapar… Unas vacaciones o un cambio de aires suelen ayudarnos a desconectar. Sin embargo, esto no siempre es posible. No obstante, sin salir de nuestra realidad, podemos encontrar diferentes técnicas que nos ayudan a sentirnos mejor y a encontrar remansos de paz. La «sonrisa interior taoísta» es una de estas herramientas.
Sonreír es muy saludable
Cada vez que sonreímos nuestro cerebro lo interpreta como una señal de satisfacción. Una sola sonrisa libera dopamina y serotonina en la cantidad suficiente para relajar todo nuestro organismo. Si mantenemos esa sonrisa, y la liberación de hormonas de la felicidad continua circulando por nuestro torrente sanguíneo podemos, incluso, regular nuestra tensión arterial y mejorar nuestro humor. Por si esto fuera poco, diferentes estudios han demostrado que aquellas personas que sonríen más a menudo tienen una vida más larga.

Unsplash/Omid Armin
Sonrisa interior taoísta
Según la tradición taoísta, practicar la sonrisa interior es una buena forma de relajar la mente y el cuerpo. Con este tipo de sonrisa alejamos el estrés de nuestra vida de manera fácil.
La glándula tiroidea está conectada con nuestra sonrisa. Por ello, cada vez que sonreímos activamos dicha glándula y, por lo tanto, conseguimos relajarnos. Los taoístas dicen que cada vez que sonreímos todos nuestros órganos segregan ciertas sustancias que nutren nuestro organismo. Sin embargo, emociones negativas como la rabia o el miedo bloquean nuestra energía y deterioran nuestra salud.

Pixabay/Helena
Cómo llevar a cabo la sonrisa interior
Vivimos constantemente mirando nuestro aspecto exterior. Este hábito nos hace olvidar que en nuestro interior también hay mucho de nosotros que nunca observamos. La sonrisa interior consigue llevar atención y sonrisa a todos nuestros órganos.
Esta técnica se lleva a cabo desde una relajación profunda o meditación. Desde ese estado, una vez que nuestra mente se haya calmado, la iremos llevando a cabo la práctica. Primero, visualizaremos una gran luz encima de nuestra cabeza que irá bañando todo nuestro cuerpo. Después, comenzaremos a sonreír mientras seguimos vigilando nuestra respiración. Imaginaremos también a una persona sonriendo frente a nosotros. A partir de ese momento, iremos recorriendo poco a poco todo nuestro cuerpo, empezando por la cara, llevando una sonrisa y reconocimiento hasta el último rincón. Sonreiremos a los pulmones, hígado, riñones, bazo, columna vertebral y cada uno de los huesos y músculos.

Pixabay/truthseeker08
Esta meditación no debe exceder los quince minutos. Cada persona deberá decidir dónde quiere detenerse más tiempo, según se lo indique su intuición. Como todo lo sencillo, esta práctica es sumamente poderosa. Si nos habituamos a sonreír a nuestro cuerpo, cualquier problema de salud se solucionará más fácilmente.
0 comentarios