Vivimos en un mundo que nos obliga a vivir de manera acelerada. Esta forma de vida es el origen de numerosas enfermedades y disfunciones. Afortunadamente, tenemos a nuestro alcance numerosas técnicas que nos pueden ayudar a aminorar los efectos de una vida poco saludable. Una de estas herramientas es el Shiatsu que, aunque sea una palabra ya muy conocida, no muchas personas saben en qué se basa.

El origen del Shiatsu

Esta técnica para recuperar la salud cuenta con más de 3.000 años de antigüedad. En la antigua China era muy común aplicar diferentes técnicas de masaje y todo tipo de hierbas para restaurar o conservar la salud perdida. También se llevaban a cabo ejercicios que tenían relación con la energía como el Tai Chi, Chikung, etc. Todas estas técnicas fueron recogidas e introducidas en Japón por los monjes que iban a China a estudiar el budismo. No obstante, una vez allí, fueron obteniendo las características de  la medicina tradicional japonesa.

Pixabay/chiaravdberg

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Durante cierto tiempo estas medicinas tradicionales fueron relegadas al olvido y sustituidas por la nueva medicina científica. Sin embargo, a mediados del siglo XIX todo este conocimiento resurgió y comenzó a ocupar el lugar que le correspondía.

La técnica Shiatsu se le atribuye al Maestro Tamai Tempaku que la dio a conocer, en 1919, a través de su libro Shiatsu Ho. Este libro es un compendio de anatomía y fisiología occidental con sabiduría tradicional Anma, Ampuku y Do-In. Después, en 1955, el Ministerio de Sanidad Japonés reconoció esta técnica como terapeútica.

¿En qué consiste el Shiatsu?

El tratamiento con esta técnica consiste en aplicar presiones con los dedos pulgares y las palmas de las manos. Estas presiones se efectúan sobre determinados puntos del cuerpo e intentan canalizar correctamente la energía vital o Chi. Gracias a estas manipulaciones se mantiene y se mejora la salud de la persona que lo recibe. Esto es debido a que el masaje contribuye a activar la capacidad autocurativa del organismo. Por supuesto, esta técnica no tienen efectos secundarios si se practica correctamente.

Unsplash/Toa Heftiba

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¿Cómo funciona?

Lo habitual es que enfermemos porque perdemos el equilibrio y la conexión con la naturaleza. Vivimos desarrollando ritmos que nada tienen que ver con nuestra esencia. Por eso, nuestro cuerpo se tensa y se bloquea dando lugar a ciertos malestares físicos y emocionales.

La pérdida de la conexión con los ciclos naturales nos lleva a la enfermedad antes o después. Por eso la mejor manera de restaurar nuestra energía es hacer que esta fluya libre y armónica. Aquí es donde el Shiatsu nos ayuda.

Beneficios del Shiatsu

Esta técnica no está recomendada para personas que tengan procesos infecciosos e inflamatorios. Tampoco es adecuado para personas con lesiones externas, hemorragias o enfermedades degenerativas.

Aparte de estos casos excepcionales en los que no debería aplicarse el Shiatsu, esta técnica nos aporta muchos beneficios. Alivia la fatiga, las migrañas, y todo tipo de dolores musculares. También es de gran ayuda para los trastornos relacionados con la menopausia y la menstruación así como para los problemas gastrointestinales.

 

Además de todo esto, como cualquier otro masaje, nos aporta una gran sensación de relajación. Y, finalmente, queremos aclarar que aunque este masaje se basa en la técnica de los meridianos de acupuntura no debemos confundirlo con la Digitopuntura que tiene la misma base. Son diferentes técnicas aunque ambas muy recomendables.


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