De manera innata, nuestro cuerpo siempre tiende a la salud. Esta labor curativa es, bastante más fácil de llevar a cabo, cuando no sometemos a nuestro organismo a tratamientos invasivos. Existen numerosas prácticas curativas en las que el cuerpo tiene un papel participativo durante todo el proceso. Una de estas prácticas es la terapia Cráneo-Sacral (TCS). Veamos en qué consiste y qué beneficios tiene.

Qué es la práctica Cráneo – Sacral

El Dr. Sutherland, fundador de este tipo de técnica, pudo comprobar que los huesos del cráneo no están soldados unos con otros. Gracias al movimiento del líquido cefalorraquídeo, estos huesos realizan un movimiento o pulsación.

Fuente: Unsplash/Sara Comeau

Fuente: Unsplash/Sara Comeau

Podemos decir que la TCS es una variedad de las diferentes manipulaciones osteopáticas. Principalmente se basa en aplicar una leve presión con las manos que active los procesos curativos naturales del cuerpo. Dicha presión se ejerce sobre el esqueleto y los tejidos conectivos, con especial atención en el cráneo y el sacro. Este último, es el hueso triangular que está situado en la base de la columna vertebral.

Un osteópata entrenado es capaz de sentir las pulsaciones del sistema Cráneo-Sacral, transmitido a todo el cuerpo a través de la fascia, que es una estructura del tejido conectivo. Cada músculo, órgano, vaso, etc, se encuentra envuelto por esta fascia. Cuando esta fascia está restringida de alguna manera la disposición de las distintas partes del cuerpo es alterada. El gran trabajo de la TCS es ayudar a que se restablezca el flujo normal del movimiento.

Estas manipulaciones han demostrado, durante más de 30 años, su eficacia en muchos trastornos que tienen que ver con el dolor sobre todo. Por supuesto la TCS puede combinarse con cualquier otra técnica tradicional o complementaria.

Qué beneficios tiene la terapia Cráneo-Sacral

Esta metodología es capaz de aliviar y mejorar una amplia gama de trastornos tanto en adultos como en niños. Se recomienda muy especialmente para cualquier lesión o dolor en la zona de la cabeza, cuello o espalda. El origen del dolor no tiene que ver con su eficacia.

Así mismo, la terapia Cráneo-Sacral obtiene muy buenos resultados con desequilibrios o dolencias relacionadas con el estrés o el estilo de vida sedentario. Es muy eficaz en casos de insomnio, problemas digestivos, dolores de cabeza, bruxismo, ansiedad y también en el síndrome de la articulación temporo-mandibular. Su efecto relajante actúa sobre el sistema nervioso ayudando a recuperar el equilibrio perdido.

Fuente: Pixabay/carloslandazuri

Fuente: Pixabay/carloslandazuri

Otro de los beneficios de esta técnica es que, al aumentar el flujo sanguíneo, consigue estimular el crecimiento del cabello y relajar la tensión de los ojos. Al aplicar las maniobras, se produce también un incremento de oxígeno en el cerebro que alivia el cansancio mental y mejora la concentración.

Además de todo lo anterior, esta práctica estimula el sistema nervioso parasimpático. Gracias a ello, podemos contar con un buen descanso corporal y gran sensación de relajación.

Esta técnica puede ser recibida por cualquier persona. No obstante, la suavidad que la caracteriza la hace especialmente indicada para niños y embarazadas. En próximos artículos hablaremos de sus beneficios durante el embarazo y el parto, tanto para la madre como para el bebé.

 

 

 

 

 

Categorías: Terapias

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