La motivación es lo que, sin duda, nos mueve y nos hace tomar una determinada dirección. Podríamos considerar la motivación como un motor que nos empuja a conseguir aquello que nos proponemos. No obstante, hay personas que creen más en la autodisciplina y el trabajo duro como impulsores hacia ciertas metas. Todos ellos tienen un papel importante aunque la motivación es el primer impulsor por excelencia.

En el mundo occidental vivimos inmersos en numerosas circunstancias externas que, a menudo, nos hacen vivir en la inercia. Este camino, tan poco consciente, hace que nos dejemos llevar por las circunstancias y que acabemos actuando de manera automática. Cuando vivimos sin motivación nuestra realidad se desarrolla de modo mecánico y nos olvidamos de nosotros mismos y de aquello que deseamos a nivel profundo.

Desmotivación

Hay momentos en la vida en los que parece que todo se hace cuesta arriba y ponernos en marcha nos resulta casi imposible. Sentirse apagado y sin ganas es también parte del hecho de estar vivo. Lo importante es poder entender por qué nos sentimos así. En ocasiones, puede ser que exista una ausencia de metas bien definidas, el aburrimiento o, quizá, darnos cuenta de que nuestros objetivos no están alineados con nuestros valores o misión de vida.

motivación
Unsplash/Nathan Dumlao

Motivación interna o externa

En muchas momentos los objetivos que perseguimos no provienen de nuestro interior. En estos casos la motivación es externa porque queremos conseguir un fin aunque internamente no vibremos con ello. La motivación interior es aquella que despierta nuestra curiosidad a nivel profundo y que está relacionada con la misión de vida y los valores que mueven a esa persona. Cualquiera de ellas tiene su lugar. La primera nos aporta disciplina para seguir adelante y la segunda mantiene viva la ilusión que nos mantiene en movimiento.

Introspección

Una mente demasiado activa crea gran confusión interna. Cuando nos sentimos desmotivados, es muy importante aprender a reconocer aquellos hábitos que nos hayan podido llevar a perder el entusiasmo. El hecho de aminorar la marcha y mirar hacía el interior puede ofrecernos claridad. Con una buena dosis de sinceridad es posible que encontremos aquello que nos impide experimentar la verdadera motivación interior. En otras ocasiones, si no somos capaces por nosotros mismos, podríamos necesitar la ayuda de un profesional.

Unplash/Hybrid

No obstante, todo ser humano posee una sabiduría interna que, si somos capaces de acceder a ella, nos marcará claramente qué es aquello que nos motiva y nos pondrá en acción para caminar hacía nuestra misión de vida. En nuestra mano está intentar escuchar esa vocecita que tan a menudo nos susurra cùal es el camino.

Categorías: Psicología

0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

× ¿Cómo puedo ayudarte?