A fuerza de vivir a toda velocidad nos hemos acostumbrado a no prestar atención a los pequeños gestos que dan un toque mágico a la vida. Las buenas relaciones entre los seres humanos son unos de los pilares de la salud y del bienestar. Nada como la magia de una sonrisa para comprobar los efectos positivos de ese sencillo gesto. Cuando regalamos una sonrisa estamos dando al otro mucho más que un gesto de cortesía.
Seriedad y madurez
Cualquier niño es capaz de reír o llorar con toda naturalidad. Sin embargo, según vamos creciendo vamos perdiendo esa espontaneidad. Parece como si ser adulto y maduro estuviera relacionado con ser serio y aburrido. Los sueños que de niños nos hacían vivir la vida de manera mágica dejan paso al realismo de la adultez. Quizá sea por eso que la sonrisa, con el tiempo, pasa a ser algo que, de alguna manera tenemos que justificar. Probablemente, si supiéramos el valor real de una sonrisa intentaríamos sonreír más a menudo.
Sonrisa y aceptación
Cada vez que sonreímos a una persona, sin darnos cuenta, estamos lanzando un mensaje de aceptación y aprecio. Además, es casi seguro, que esa persona también nos sonreirá. De esa manera el intercambio comenzará de una manera armoniosa y su desarrollo siempre será más positivo. Por supuesto estamos hablando de sonrisas sinceras no de aquellas que surgen por compromiso. Sonreír desde el alma ilumina a quien recibe la sonrisa.
Los beneficios de la sonrisa
Ron Gutman, uno de los más conocidos expertos en sonrisas, ha estudiado las muchas ventajas que tiene el hecho de sonreir. Él y su equipo han llegado a sorprendentes conclusiones:
- Todos las culturas sonríen
La sonrisa es universal. En todas las culturas se sonríe para expresar satisfacción, alegría y bienestar. Gracias a ella nos podemos comunicar mejor con cualquier persona de cualquier cultura.
- Sonreír alarga la vida y nos hace sentir mejor
Según una investigación llevada a cabo en Wayne State University, las personas que más sonríen viven más tiempo. Esto parece ser debido a que las personas risueñas, habitualmente, sienten de forma más positiva y esto las hace vivir más tiempo.
Así mismo, cuando sonreímos, aunque sea de forma forzada, nuestro organismo registra el hecho segregando sustancias que nos harán sentir mejor. Por ello, si nos sentimos mal e insistimos en sonreír durante un rato, al final nos sentiremos mejor.
- La sonrisa es contagiosa
Cuando vemos a otra persona sonreír es muy difícil que no hagamos lo mismo. Se han hecho estudios al respecto y parece ser que cuando alguien sonríe es casi imposible mantener el ceño fruncido.
La vida se vive mejor si nos acompaña la sonrisa. No obstante, el mayor beneficio lo obtenemos cuando esta es genuina. De hecho, a todos nos resulta bastante fácil darnos cuenta de aquellos que sonríen de manera falsa o artificial.
¿Qué te parecería decorar tu rostro cada mañana con una sonrisa al salir de casa? Es la magia de una sonrisa.
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