Existe dentro de cada uno de nosotros una parte sana, de sabiduría, que guía nuestra vida hacia una dirección constructiva y positiva aun en los momentos mas difíciles de nuestra vida. Duelo es el proceso de adaptación, natural y esperable, ante una pérdida significativa, pudiendo ser esta por muerte de un ser querido, pérdida de un trabajo o fin de una relación afectiva.

Representa una profunda crisis vital que altera y afecta todas las dimensiones de la persona, es un proceso largo y doloroso que el tiempo por si solo no sana. Hay que hacer el trabajo de sanar el corazón herido para recuperar la esperanza y vivir la trascendencia del amor.

Duelo no solo implica Dolor, también significa Desafío, el desafío de encontrar nuevos caminos para poder ajustarnos a un mundo que ha cambiado para siempre. Y fundamentalmente el desafío de crecer a través de la perdida.

Es necesario, saludable y posible volver a ser feliz y esto no significa olvidar ni dejar de amar.

“El grupo nos brinda la posibilidad de expresarnos, compartir, ayudar y ser ayudados”

El grupo es un lugar donde podemos expresar el dolor sin miedo ni vergüenza.

Compartir nuestra experiencia y sufrimiento con otras personas que están en una situación similar crea vínculos de solidaridad, da paso a la esperanza, mejora nuestra propia forma de comunicarnos, favorece un clima de positividad y apoyo que ayuda a volver a vivir y a proyectarse hacia el futuro.

Porque del encuentro con otras personas se puede aprender formas nuevas de afrontar los problemas y momentos de confusión.

Durante este ciclo de talleres emplearemos diferentes técnicas para focalizar la atención en la sabiduría de nuestro cuerpo, establecer contacto, reconocer y recibir cada emoción, cada síntoma, cada pensamiento, aceptarlos, permanecer con ellos, desidentificarnos y escuchar su mensaje oculto dejándonos guiar hacia la claridad y el bienestar.

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