Nuestro Niño Interior está conformado por el ser esencial, la personalidad, todos los aspectos positivos y gratificantes que nos ha tocado vivir, pero también por nuestros traumas, que pueden ocurrir desde el periodo de gestación.
El niño interior es esa parte de nosotros que es espontánea, creativa, amorosa, confiada y espiritual, pero que con el tiempo y con las distintas experiencias se va volviendo más retraído, menos confiado, con miedo o con ese instinto de explorar más apagado.
Es necesario mencionar que en cada una de nuestra etapas de desarrollo nos encontramos con distintos desafíos, retos, problemas y situaciones que nos pueden ayudar a crecer. Al sanar nuestro Niño Interior desaparecen las partes negativas de nuestra personalidad y es mucho más fácil alcanzar el éxito y la felicidad en todos los niveles de la vida, de ahí la importancia de esta sanación.
A través de ejercicios desde las constelaciones familiares, visualizaciones y dinámicas vamos a conectar con nuestro niño interior, escucharle, y permitirnos:
- Acceder y liberar memorias reprimidas que nos pueden mantener estancados
- Sentirnos más libres y empoderados
- Ser capaces de disfrutar la vida y recuperar espontaneidad y disfrute
- Ganar confianza en nosotros mismos y tener mejor autoestima