En general, solemos considerar el estrés o la ansiedad algo que solo afecta a las personas adultas. Sin embargo, en la actualidad, el estrés en los niños está haciendo mella con este tipo de emociones. Las razones van desde una situación de acoso, el cambio de domicilio, o la separación de los padres entre otros. En estos casos, los padres tenemos que estar atentos y saber identificar cuáles son las señales que nos indican que nuestros niños pueden estar sufriendo estrés o algún tipo de ansiedad.
El niño vive en el momento presente
El estrés en los niños puede desencadenar problemas importantes si se mantiene en el tiempo. Los niños, por naturaleza, viven en el momento presente y les resulta difícil lidiar con una realidad cargada de tensión. En ciertas situaciones, el estrés puede estar relacionado con problemas específicos aunque también se pueden generar con un ritmo de vida excesivamente acelerado.
Nosotros, como adultos, nos hemos habituado al mundo en el que vivimos lleno de continuos estímulos. Sin embargo, para la psique de un niño este exceso de estimulación puede ser abrumador y generar un estrés innecesario. Si a esto le añadimos cualquier cambio en la rutina habitual o alguna dificultad en el aprendizaje el estrés podría convertirse en ansiedad y causar angustia en el niño.
Señales de estrés en los niños
El estrés o la ansiedad se puede manifestar de diferentes maneras dependiendo del niño y de la situación. Algunos niños tendrán alteraciones en la alimentación, otros problemas para dormir y pesadillas y otros quizá muestren demasiada actividad física o escasa. Así mismo, podemos encontrar casos en que el niño muestre apatía, cansancio, o bajo rendimiento escolar sin motivo aparente. La tristeza y la irritabilidad excesiva también nos pueden hacer pensar que algo está pasando en su interior.
Los escenarios y las causas
Es muy importante observar a los niños para saber de dónde provienen las situaciones de estrés. Cuando son más pequeños y su mundo es más reducido solo tendremos que prestar atención a la escuela y la situación familiar. Más adelante, las relaciones con otros niños pueden ser otro de los escenarios a tener en cuenta.
Además de esto, la salud de los niños también puede ser una fuente de ansiedad y estrés. Cualquier molestia física o la necesidad de pruebas médicas y hospitalizaciones pueden conllevar también altos niveles de estrés.
Vida sencilla
A diferencia de los adultos, y como ya hemos dicho, los niños viven en el momento presente. Si queremos preservar la paz que ese modo de vida conlleva es importante intentar que los niños vivan una vida sencilla y tranquila. Ningún niño necesita demasiada estimulación ni vivir corriendo de un lado para otro.
Una vida familiar que se desarrolle de manera sosegada será una buena manera de evitar el estrés y la ansiedad en los niños. Además, las rutinas tradicionales y las actividades familiares en grupo ayudan a los niños a sentirse queridos y seguros. Y. por supuesto, unos padres que cultiven la paz interior, siempre serán referentes para que los niños puedan vivir de manera más relajada.
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