Una buena autoestima, según la creencia popular, es sinónimo de bienestar. No obstante,  para alcanzar dicho estado es necesario estar por encima de la media. Pero, ¿podríamos estar todos por encima de la medía siempre? ¿O quizá para que unos ganen otros tienen que perder? La autoestima está relacionada con el competir con los demás y con la decepción si no consigo alcanzarla. Por el contrario, la autocompasión nos acerca a la comprensión, a la integración y a la aceptación.

Autoestima

Una buena autoestima tiene que ver con un buen concepto de uno mismo. Durante muchos años los psicólogos creían que una alta autoestima estaba relacionada con una buena salud mental. Sin embargo, actualmente, esto no está tan claro.

Pixabay/RonPorter

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La baja autoestima está relacionada con la ansiedad, la tristeza o la depresión. Así mismo, la alta autoestima, si pensamos en cómo la adquirimos, también puede ser un problema.

Para tener un buen concepto de ti mismo es necesario que te consideres especial de alguna manera y por encima de los demás. No destacar en algo podría casi ser un insulto para aquellos que tienen alta autoestima. Entonces, si todas las personas tuvieran alta autoestima todos estaríamos por encima de la media, con lo que no habría media… Por este motivo, podemos ver que para sentirnos bien deberemos jugar a las comparaciones donde siempre habrá alguien que pierde. Y, por si esto fuera poco, si conseguimos que nuestra autoestima esté alta nos sentimos bien pero cuando fallamos tendemos a maltratarnos.

Competitividad y narcisismo

La sociedad en la que vivimos se caracteriza por un exceso de competitividad y mucho narcisismo. Muchos expertos en salud mental opinan que esto es debido al movimiento a favor de la autoestima que se lleva a cabo en las escuelas:»si eres mejor que los otros es bueno para ti» ¿Es esto cierto? ¿No estaría todo ello relacionado con todos los casos de bullying en los centros escolares?

Autocompasión

Este término, tan poco de moda hoy en día, nos habla de relacionarnos con nosotros mismos de manera amable. Nos acerca al abrazo de nuestra forma de ser en su totalidad. En general, nos empuja a tratarnos con cariño y aceptación, de la misma manera que trataríamos a un amigo muy querido.

Así mismo, la autocompasión apuesta por la humanidad compartida ya que nos ayuda a sentir que el sufrimiento que experimentamos es el mismo que sufren los demás seres humanos. En definitiva, se trata de aceptar la imperfección humana que todos compartimos y de esta forma sentirnos más unidos a los que nos rodean.

Pixabay/jimenaduran

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La lucha es innecesaria

La vida sin competitividad es una vida llena de paz y alegría. Si somos capaces de ver lo que nos acerca en lugar de lo que nos hace diferentes, llegaremos a la conclusión de que nadie es mejor o peor que nadie. Cada persona es diferente,única y repetible.

Cultivando la autocompasión podremos hacer extensivo este sentimiento a todos aquellos que nos rodean. ¡Mejor que una buena autoestima cultiva la autocompasión!

 

 

Categorías: Terapias

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