Los seres humanos somos luz y somos sombra. Ambas polaridades conviven en nosotros y nos conforman creando un Ser perfecto. Sin embargo, la mayoría de las personas se empeñan en sofocar la parte no tan luminosa, llegando incluso a creer que, a base de negarla, deja de existir. Curiosamente, aquellos que se empeñan en negar su sombra, son aquellos que más la ven reflejada en el exterior.
Nuestro cuarto oscuro
El concepto de sombra, acuñado por Carl Gustav Jung, es cada día más popular. La sombra se refiere a una parte nuestra «más oscura» y escondida que intentamos negar. Allí se encuentran todas aquellas pulsiones, deseos, sueños o instintos que nuestra cultura y creencias reprimen.
Nuestra sombra también está conformada por todas las frustraciones y resentimientos que no queremos mirar. Por este motivo, pasamos nuestra vida intentando no mirar ese terrible «cuarto oscuro» y excluyendo dichas emociones de la imagen que tenemos de nosotros mismos.
El motivo por el cual ocultamos nuestra sombra es porque rechazamos el personaje en el que nos convierten. Tenemos un ideal de lo que deberíamos ser que podría verse perjudicado si abriéramos esa puerta. Por ello, vivimos intentando mostrar solamente aquello que creemos que es más luminoso. Sin embargo, en nuestro interior, conviven todo tipo de personajes que interactúan entre ellos, con o sin nuestros consentimiento.
El reflejo exterior
Quizá la tarea más difícil que una persona tiene por delante en su vida es la de poder reconocer su sombra. Un ser humano capaz de ver su parte oscura tiene muchas posibilidades de llevar una vida más consciente y pacífica. No obstante, esto no es tarea fácil porque, como ya hemos dicho, siempre intentamos sofocar toda esa oscuridad.
Afortunadamente, en la creación todo tiene un punto de unión. Nada existe separado del resto. Por este motivo, cualquier cosa que queramos ocultar, la vida nos la mostrará en el exterior para ayudarnos a hacerla consciente. Todo aquello que nos enfurece y nos molesta de los demás es, sin duda, parte de nuestra sombra. Por este motivo, cuando alguien muestra un comportamiento que no nos gusta, sería muy buena idea, observarlo y ver qué tiene que ver con nosotros, aunque duela.
Iluminar la sombra
Como hemos dicho, nuestra sombra se reflejará en el exterior hasta que seamos capaces de reconocerla. Simplemente, con el reconocimiento, basta para que este lado oscuro se ilumine. Al poner esta parte nuestra al descubierto, la luz de nuestra consciencia conseguirá, mágicamente, hacer que poco a poco desaparezca. Como todo lo importante en la vida, es sencillo.
Observar y abrazar nuestra nuestra parte oscura es la mejor manera de crecer a nivel personal. Una vez en ese camino nuestra vida se va tornando cada vez más fácil y compasiva. Poder ver en los otros partes nuestras, y viceversa, fomenta la unión y la compresión entre las personas. Recuerda que sobre todo somos luz.
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